Un peculiar matrimonio se ha instalado en la Alpujarra de Granada enfocando su vida por completo a las construcciones sostenibles, para lo que han iniciado cursos sobre Bioconstrucción para enseñar a otros su prometedor estilo de vida.

En la actualidad podemos decir que casi todo está capitalizado y cada vez dependemos más de los distintos productos y marcas, dejando cada día más atrás nuestro afán por innovar y crear nuestros propios recursos sin necesidad de contar necesariamente con empresas que nos lo faciliten. Justamente por esta dependencia surgen nuevas tendencias que incitan justamente a lo contrario, a producir por uno mismo todo lo necesario contando con los recursos de los que uno dispone a su alrededor. Justamente estas son las raíces de la Bioconstrucción, una tendencia en auge basada en las construcciones sostenibles que se está desarrollando a través de el “Proyecto Además” en la Alpujarra de Granada.
Todo empezó cuando el alemán Klaus, junto a su mujer francesa Camile y su hija llegaron de vacaciones a la Alpujarra granadina procedentes de Cataluña. Su llegada les impresionó al contemplar el maravilloso entorno que presenta esta zona montañosa de Granada, sus gentes y estilos de vida desvividos y en concordancia con la naturaleza. En menos de tres meses desde que aterrizaron en el pueblo granadino de Órgiva decidieron cambiar por completo su forma de vida, dejando atrás sus vidas anteriores e instalándose en la Alpujarra, él era profesor de idiomas y ella estaba a punto de finalizar sus estudios.
El motivo que les llevó a tomar tan arriesgada decisión fue el gran impacto que les causó el estilo de vida en armonía con la naturaleza y las grandes posibilidades de combinarlo con una de las cosas que más les apasiona, la Bioconstrucción en particular y las construcciones sostenibles en general.
“Me gustaba mi trabajo de profesor, pero no tengo ninguna duda de que prefiero difundir conocimientos que corresponden a mi pasión y mis intereses”.
“Nosotros estamos especializándonos en los domos geodésicos. Un domo puede tener todo lo que tiene cualquier piso o vivienda. Una vez aislado, resiste tanto el frío como el calor y es una estructura que no requiere de cimientos”.
Afirma Klaus.
Una de las grandes ventajas que tiene la Bioconstrucción a través de domos, es que, al no estar compuesto por cimientos no requiere de licencias previas, por lo que este tipo de construcción sostenible es rápida y poco costosa, por lo que siempre se puede ir ampliando según las necesidades de los inquilinos.

El domo geodésico que esta peculiar familia trabaja en su día a día tiene también la ventaja de que requiere pocos materiales de construcción y, por tanto, se reducen aún más los costes. Además, la forma circular de este tipo de Bioconstrucción permite que el aire en su interior circule mucho mejor que en otras construcciones convencionales .
Como ellos bien dicen, no se trata de una moda sobre las construcciones sostenibles, sino que se trata de un estilo de vida milenario.
“Ahora es muy económico y seguro trabajar con materiales prefabricados que vienen de otra parte del mundo, pero para mí la bioconstrucción es la manera en la que la humanidad siempre ha construido durante miles de años. Naturalmente se usaban los materiales que la región disponía como piedras, arcilla, tierra o bambú.»
El campo de la bioconstrucción procura devolver este estilo de vida al mundo moderno, ofreciendo una forma distinta de encontrar soluciones más sostenibles que las actuales y, que al mismo tiempo, sean accesibles a todo el mundo.
Con la idea de expandir en lo posible este tipo de construcciones sostenibles, esta inquieta pareja, en colaboración con la Universidad de Granada, imparte sus propios cursos formativos para las bioconstrucciones, con el fin de que el máximo número de personas puedan aprender a construir su propio domo y se genere una tendencia de respeto e integración con el medioambiente.
Tras el éxito en la celebración de su primer curso, el matrimonio prepara su segunda edición para los días 22, 23, 24, 29 y 30 de junio en Beas de Granada, al cual podrás acceder a través de la web: http://intercambiaugr.es/.
“Lo primero que construimos sobre nuestro terreno fue un baño seco, que tiene una vistas increíbles. Luego seguimos con el horno de pizza y un banco de bloques de paja cubierto de cal. Y mucho más baratos que los que podríamos encontrar en una gran superficie, ya que el horno tiene una inversión aproximada de 15 euros, eso sí, la paciencia también es un valor a tener en cuenta ya que requiere su tiempo de inversión.”
Además, aunque muchas personas piensen lo contrario, las construcciones sostenibles son totalmente compatibles con el bienestar y el lujo, todo depende de la propia imaginación y dedicación, ya que, actualmente la Bioconstrucción tiene muy pocos límites. Un ejemplo claro es que este matrimonio ha construido un horno que, al mismo tiempo, calienta el agua de la bañera haciendo un verdadero ahorro y un bien al ecosistema.

“Hoy poca gente sabe plantar sus propias alimentos. Lo normal es ir al súper a consumir los productos que otros fabrican. Sí, es más rápido, cómodo y fácil, pero también pierdes poder. Ya no sabes hacerlo tú y solo te queda la opción de elegir entre los productos de diferentes marcas”.